miércoles, 10 de octubre de 2012

Análisis de una persona


Tenía los ojos más hermosos, y abiertos de par en par, parecían dos piedras preciosas que traspasaban el alma. Se conocieron alrededor de las 9:45 entre un halo acelerado de gritos y pisadas de alguien que no se distinguía; sus manos suaves se aferraban con una vitalidad impresionante a la que le dio la vida, y pese al agitado revuelo todo estaba contagiado de paz.

Una nariz pequeña y recta le daba un aspecto de sobriedad a su rostro dulce, y en medio de un bostezo, afloró una boca demasiado pequeña, tanto que apenas la había percibido; parecía un botón rojo que podía caérsele en cualquier momento y desbaratar la armonía de su cara. Todo se complementaba con el suave matiz de su piel que recordaba el atardecer de verano y transportaba al que la veía a un calor lejano y tropical, pese a que la noche era fría y lluviosa.

La angustia se plasmó de repente en su rostro y por medio de un grito rompió el ensimismamiento de su madre; aquel ser salido de otro mundo mostraba la frente arrugada, expresión que todavía guarda, dando por primera vez a conocer su enojo y la urgencia de un mimo; inmediatamente la tomo entre sus brazos y con la cobijita verde del hospital la cubrió en forma de atadito, ella se acomodó perfectamente en el regazo de su madre y volvió a su estado pacífico y sereno.






No hay comentarios:

Publicar un comentario