Quito, 26 de Septiembre de 2012
Querido Sigmund Freud:
Ha pasado algún tiempo desde que desempolve un libro tuyo de la biblioteca de casa de mi abuela. El chiste y su relación con el inconsciente motivaron mi interés por la Psicología y hoy, por medio de esta carta, quiero expresarte mi agradecimiento y mi profunda admiración por tus trabajos.
Sé que nuestros tiempos son distintos, pero me ha resultado profundamente interesante conocer y analizar aquella investigación exhaustiva acerca de la conducta humana; me ha llevado a comparar la población de aquellos tiempos frente a mi sociedad, la cual se consume diariamente entre la soledad y la ignorancia reflejando solamente la mala salud mental que nos aqueja.
Algo fundamental en la estructura del ser humano es la formación de su personalidad, de ahí mi interés en profundizar en el tema como tal. Lo establecido en algunos de tus textos y cartas como “complejo de Edipo”, representa para mi, el comienzo de la construcción de la mente del ser, con la característica principal de ser capaz de resolver problemas que son planteados en la cotidianidad de la vida; todo este proceso es acompañado por la formación de la personalidad. Este aporte, piedra angular del psicoanálisis, dió paso a la comprensión de diversas patologías que presentan los pacientes debido algun trauma acontecido a muy temprana edad que deja secuelas imborrables que con el pasar del tiempo afectarán tambien a la sociedad a la que pertenece este individuo.
Agradezco nuevamente el aporte brindado a la psicología y la ciencia, que en base a esos grandiosos estudios ha desentrañado lo más profundo del ser, y sigue investigando todos los días.
Atentamente
Cristina Mejía
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